Durante mis años de trabajo acompañando a personas y familias atravesadas por las adicciones, aprendí algo que al principio me dolió aceptar, pero que hoy repito con total claridad: no existe el consumo seguro. Y sé que esta frase puede incomodar, generar dudas o incluso resistencia, pero la sostengo porque la evidencia clínica, social y emocional es contundente.
Este artículo lo escribo pensando en vos, que quizás estás viendo cambios en alguien que querés y no entendés del todo lo que está pasando. Quiero explicarte por qué hablo de esto con tanta firmeza, qué significa realmente y, sobre todo, cómo podés acompañar sin caer en la culpa, el miedo o la negación.
Por qué afirmo que “no existe el consumo seguro”
A lo largo de los años, escuché cientos de historias que empezaron con frases como:
- “Es solo de vez en cuando.”
- “Lo controla.”
- “Podría ser peor.”
Y sin embargo, lo que parecía inocente terminó transformándose en un consumo que alteró la vida completa de esa persona y de su familia.
El consumo “social”, “moderado” o “controlado” puede mantenerse un tiempo… hasta que deja de hacerlo. Y ese cambio no avisa. No siempre viene con una tragedia grande. A veces empieza con pequeños deterioros: menos ganas, más irritabilidad, aislamiento, cambios de hábitos, mentiras chiquitas.
Cuando ves la película completa, entendés que lo “seguro” no existe.
La tolerancia aumenta, el contexto influye, las emociones se mezclan con la sustancia, y lo que parecía estable se vuelve frágil.
Por eso lo digo con todas las letras: el consumo que hoy parece “nada”, mañana puede ser un problema serio.
Qué significa esto para vos como familiar
Sé que acompañar a alguien que consume es una de las experiencias emocionales más duras. A veces se mezclan el amor, la culpa, la bronca y el miedo.
Quiero decirte algo importante: esto no es culpa tuya.
Pero sí es responsabilidad de todos —de vos, de la persona que consume y del entorno— enfrentar lo que está pasando.
1. Reconocer que algo está cambiando
No esperes “la señal definitiva”. En la mayoría de los casos, cuando las familias sienten que “algo no está bien”, ya hay un proceso en curso.
2. Dejar la negación (que es muy humana)
Muchas familias se aferran a la idea del “consumo seguro” porque les da tranquilidad. Lo entiendo. Pero también sé que esa creencia puede retrasar la búsqueda de ayuda y empeorar el pronóstico.
3. Acompañar sin convertirse en salvador
Acompañar no es permitir absolutamente todo, ni controlar cada movimiento.
Es estar presente, poner límites y pedir ayuda profesional cuando corresponde.
Qué podés hacer hoy mismo si estás viendo señales de consumo
1. Empezá por una conversación honesta y sin ataques
No sirve decir: “¿Por qué hacés esto?”.
Sí sirve decir: “Me preocupa cómo te estás sintiendo”, “Estoy acá para acompañarte”.
El respeto abre una puerta que el enojo cierra.
2. Buscá información confiable
Cuanto más entiendas sobre adicciones, más herramientas vas a tener para acompañar sin perderte en el miedo o la culpa.
3. Pedí ayuda a profesionales especializados
Hay consumos que se disfrazan de “controlados” durante años, pero internamente ya generaron dependencia emocional, física o psicológica.
En el Centro La Libertad trabajamos con un enfoque clínico, terapéutico y comunitario.
Acompañamos tanto a la persona que consume como a la familia, porque la recuperación verdadera es un proceso conjunto.
Lo que aprendí escuchando a miles de familias
Te comparto algo que veo todos los días:
- Nadie empieza consumiendo para arruinar su vida.
- Casi siempre buscan alivio, pertenencia, escape o un poco de silencio interno.
- Y casi siempre el consumo crece cuando se normaliza o se minimiza.
Por eso insisto: cuanto antes actuemos, mejores son las posibilidades de recuperación.
No esperes la “crisis final”. No esperes la pelea, el susto, la internación forzada.
La mayoría de los procesos de recuperación más sólidos empezaron cuando una familia dijo: “Esto no está bien. Vamos a pedir ayuda.”
Una invitación desde la experiencia
Si estás leyendo esto y sentís que tu caso “no es tan grave”, también te lo digo: todos los procesos graves empezaron siendo “algo leve”.
Si tu hijo, pareja, hermano o amigo está consumiendo y no sabés cómo abordar la situación, quiero invitarte a dar un primer paso.
Podés pedir una entrevista (presencial u online) con nuestro equipo a través del número 3624-151336
Ahí vamos a escucharte, evaluar juntos la situación y acompañarte con un plan claro y humano.
Porque, aunque lo repito una y otra vez, lo digo justamente por amor y por experiencia:
no existe el consumo seguro. Lo que sí existe es la posibilidad real de recuperarse.
Y yo estoy acá para acompañar ese proceso.
— Santiago Orbez
Fundador del Centro Terapéutico La Libertad